viernes, 17 de abril de 2015

El cambio

Si digo...."la profesión no dignifica."

Quiero decir que somos dignas,
que no tenemos que justificar nuestro Arte,
que somos cuerpo,
que no somos aire.

Si digo..."la persona es digna"
quiero decir que no es violable,
que no vale más su precio,
que tiene un valor sin dígitos.

Si digo, por tanto,
todo esto.

Entonces...

Este mundo no es digno,
pero es dignificable.

Si digo "El Estado no da nada gratis"
quiero decir NADA
y la nada no es variable.

Todo se paga.

Hasta la muerte.

Este mundo no es digno,
pero es dignificable.

Si digo "no existe el Estado del bienestar"
quiero decir que nunca existió.

Y no, tampoco equivale
a intercambiar nuestros riñones
de viejos cazadores y
de eternas campesinas,
por deportivos inflamables.


Este mundo no es digno,
pero es dignificable.

Y ella, Libertad, se retuerce
quiere cambiarse el nombre
para que nunca más mientan
en su cara y entre sus piernas.

Si digo..."libertad no es sólo elegir"
en seguida pongo en entredicho
todo su entramado mafioso.

Nunca la libertad de este mundo
pensó en dar más a los otros.

Y la conciencia no se retuerce.

Está a punto  de ahorcarse
con sus propias verdades.

¡Qué molesta es
en un mundo que no es digno,
pero repito: es dignificable!





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